¡Esfuérzate y sé valiente!
Algunas preguntas que constantemente me hago son: ¿estoy preparando a mis hijos para el futuro? ¿tienen o están adquiriendo las herramientas necesarias para las dificultades de la vida? No me refiero a conocimientos o el uso de herramientas, sino al carácter y la voluntad necesarias para ser fieles a sus metas, ideales y creencias.
Actualmente, parece que existe un afán por quitar todo dolor, toda incomodidad y todo roce. En muchas ocasiones, vemos que los niños y jóvenes son intolerantes a la frustración.
¿Qué podemos esperar, en el orden físico, intelectual y moral, de un niño o joven, que no conoce el esfuerzo y la constancia?
Recordemos que el esfuerzo y la disciplina todo lo robustece en la vida. Por ejemplo, un violinista requiere horas de ensayo diario para dominar su instrumento; un atleta requiere una dieta adecuada y un plan de entrenamiento. De igual forma, el carácter requiere de esfuerzo y disciplina.
En la educación del carácter no hay que olvidar formar el saber. No hablo de conocimientos sino de convicciones, de inculcar hábitos de decisión y tenacidad.
Para formar sólidamente a los niños y jóvenes, es necesario enseñarles el valor del esfuerzo, fortalecer la voluntad y el amor por la disciplina.
A continuación, te comparto 6 aspectos a trabajar para formar el carácter:
1. Una noble meta. Alentemos a los niños y jóvenes a tener nobles anhelos, soñar con metas que les ayuden a ser mejor personas y servidores del prójimo.
2. La estima de los esfuerzos ajenos. Es necesario y urgente enseñarles a admirar y estimar los esfuerzos ajenos, sin celos ni envidias, sin hacerlos críticos por principio ni denigradores de los demás. Ahora es muy fácil publicar fotos o comentarios en las redes sociales, muchos de los cuales son "apariencia" o el intento de dar cierta imagen hacia los demás, aunque la realidad sea distinta. Estos intentos nos crean una esquizofrenia social, llena de dobles mensajes, de banalidades y de presunción; es una trampa donde podemos caer fácilmente, especialmente, si nuestro carácter no esta formado. Por ello, es urgente enseñarles a admirar y estimar el esfuerzo de los demás.
3. El desprecio de la vida fácil. El camino fácil siempre es una tentación. Podemos tener varios ejemplos, ante un trabajo de investigación lo más fácil es dar "copy" y "paste", aunque no hayamos leído el trabajo o, por tener más "like" copiamos una publicación sin mencionar al autor original. Sin embargo, recordemos "no te fíes del camino fácil". Didón nos dice: "Desgraciados de aquellos que han visto todas las puertas abiertas ante ellos, que no han tenido la menor roca dura sobre la que chocar en la vida, una cima áspera y tajante para ascender. Estos seres no son de bronce, son de arcilla. ¿Qué quieres hacer de ellos? ¿para qué servirán?". Enseñemos a los niños y jóvenes a esforzarse por sus metas, a lograrlo por ellos mismos, dejemos que se equivoquen y aprendan a solucionar sus problemas; desde amarrar las agujetas del tenis, elaborar una maqueta o frustrarse en un entrenamiento.
4. La necesidad del esfuerzo en nuestros días. Nuestra salud mental requiere esfuerzo. Si la formación, se hace sin esfuerzos, difícilmente dará frutos. La vida tiene momentos difíciles, ¿estamos preparando a nuestros hijos? ¿Los vamos a preparar para estos momentos difíciles? ¿O se enfrentarán sin herramientas emocionales e intelectuales ante los desafíos de la vida?.
5. La facilidad del esfuerzo. Enseñemos a los niños y jóvenes a valorar el esfuerzo. Evitemos el descorazonamiento y el desanimo. No lamentarnos de la maldad de los tiempos, todo es posible. Hay que enseñarles a tener esperanza, a tener la voluntad del éxito.
6. La alegría del esfuerzo. ¿Recuerdas algo que te haya costado mucho trabajo? Y al resolverlo, terminarlo o aprenderlo ¿recuerdas la alegría que experimentaste? Porque, a pesar del escándalo y del ruido de las diversiones, el mundo agoniza por falta de alegría. Es necesario enseñar a encontrar la vida, la felicidad, por el esfuerzo y la lucha. La mas grande de las alegrías nace del esfuerzo.
Pongamos manos a la obra y formemos en los chicos un carácter capaz de esforzarse por alcanzar sus metas, una voluntad que los lleve a esforzarse, la estima por los logros de otros y tendrán como recompensa la alegría de alcanzar sus metas.
¡Confiemos en sus talentos y habilidades!
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