El Sagrado Corazón de Jesús
Jesús, durante su vida, su agonía y su pasión nos ha conocido y amado a todos y a cada uno de nosotros y se ha entregado por cada uno de nosotros: “El Hijo de Dios me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Ga. 2, 20). Nos ha amado a todos con un corazón humano. Por esta razón, el Sagrado Corazón de Jesús, traspasado por nuestros pecados y para nuestra salvación, es considerado como el principal indicador y símbolo del amor con que el Divino Redentor ama continuamente al eterno Padre y a todos los hombres. (CIC 478).
Jesús mismo en la Sagrada Escritura nos muestra Su Corazón, es el centro y su hilo conductor. Cuando leemos y escuchamos la Palabra de Dios lo descubrimos.
Algunos atributos que encontramos en la Biblia son: Dios crea el universo, sus criaturas y al hombre por amor (Sal. 136); Dios es Amor (1 Jn. 4, 16); Dios nos amó hasta el extremo, dio a su único Hijo por ti y por mí (Jn. 3, 16); Su corazón es manso y humilde, en su corazón hay descanso (Mt. 11, 28-29); Jesús se entrega como víctima por amor (Ef. 5, 2); nos amó hasta el extremo (Jn. 13, 1) y de este corazón nace la Iglesia, del mismo modo que Eva fue formada del costado de Adán adormecido, así la Iglesia nació del corazón traspasado de Cristo muerto en la Cruz (CIC 766).
En 1673, Jesús eligió a una joven de 26 años llamada Margarita, monja del monasterio de Paray-le-Monial en Francia, para revelar los deseos de su Corazón.
Segunda revelación: Sucedió unos meses después y Margarita relata: "El Divino Corazón se me presentó en un trono de llamas, más brillante que el sol, y transparente como el cristal, con la llaga adorable, rodeado de una corona de espinas y significando las punzadas producidas por nuestros pecados, y una cruz en la parte superior......la cual significaba que, desde los primeros instantes de su Encarnación, es decir, desde que se formó el Sagrado Corazón, quedó plantado en el la cruz, quedando lleno, desde el primer momento, de todas las amarguras que debían producirle las humillaciones, la pobreza, el dolor, y el menosprecio que su Sagrada Humanidad iba a sufrir durante todo el curso de su vida y en Su Santa Pasión.” En esta segunda revelación, Jesús le pide que esta imagen esté en las casas o se lleve en el pecho como medalla, ofreciendo así promesas de gracias y bendiciones a quienes la veneren.
Tercera revelación: Sucedió el primer viernes de junio de 1674: “se hallaba expuesto el Santísimo Sacramento, después de sentirme retirada en mi interior por un recogimiento extraordinario de todos mis sentidos y potencias, Jesucristo mi Amado se presentó delante de mi todo resplandeciente de Gloria, con sus cinco llagas brillantes, como cinco soles y despidiendo de Su Sagrada Humanidad rayos de luz de todas partes pero sobre todo de su adorable pecho, que parecía un horno encendido; y, habiéndose abierto, me descubrió su amante y amable Corazón.” Jesús le pide: "Primeramente me recibirás en el Santísimo Sacramento tanto como la obediencia tenga a bien permitírtelo; algunas mortificaciones y humillaciones por ello habrán de producirse y que recibirás como gajes de mi amor. Comulgarás, además, todos los primeros viernes de mes, y en la noche del jueves al viernes, te haré participe de la mortal tristeza que quise sentir en el huerto de los Olivos, cuya tristeza te reducirá, sin que logres comprenderlo, a una especie de agonía más difícil de soportar que la muerte. Para acompañarme en la humilde plegaria que elevé entonces a mi Padre, en medio de todas tus angustias, te levantarás entre las once y las doce de la noche para postrarte conmigo durante una hora, con la cara en el suelo, tanto para apaciguar la cólera divina, pidiendo por los pecadores, como para endulzar de algún modo la amargura que sentía por el abandono de mis apóstoles, lo cual me llevó a reprocharles que no habían podido velar una hora conmigo. Durante esa hora harás lo que te diga. Pero, oye hija mía, no creas a la ligera todo espíritu, ni te fíes, porque Satanás está rabiando por engañarte. Por eso, no hagas nada sin permiso de los que te guían, a fin de que, contando con la autoridad de la obediencia, él no pueda engañarte, ya que no tiene poder alguno sobre los obedientes.”
Cuarta revelación: Sucedió en la octava del Corpus Christi, Jesús le dice: “Este es el corazón que tanto ha amado a los hombres, que no escatimó nada, hasta agotarse y consumirse para testimoniarle su amor. Y como agradecimiento no recibo, de la mayoría, sino ingratitudes por sus irreverencias y sus sacrilegios y por las frialdades que tienen por mí en este sacramento de amor (…). Te pido que el primer viernes después de la octava del Santísimo Sacramento sea dedicada a una fiesta particular para honrar Mi Corazón, comulgando ese día haciendo reparación de honor por medio de una ofrenda honorable, para reparar las indignidades que recibió durante el tiempo que ha sido expuesto en los altares. Te prometo, igualmente, que Mi Corazón se dilatará para derramar abundantemente las influencias de su Divino Corazón sobre aquellos que le rindan este honor y que procuren que le sea rendido”.
- Les daré las gracias necesarias para su estado.
- Daré la paz a las familias.
- Las consolaré en todas sus aflicciones.
- Seré su amparo y refugio seguro durante la vida, y principalmente en la hora de la muerte.
- Derramaré bendiciones abundantes sobre sus empresas.
- Los pecadores hallarán en Mi Corazón la fuente y el océano infinito de la misericordia.
- Las almas tibias se harán fervorosas.
- Las almas fervorosas se elevarán rápidamente a gran perfección.
- Bendeciré las casas en que la imagen de mi Sagrado Corazón esté expuesta y sea honrada.
- Daré a los sacerdotes la gracia de mover los corazones empedernidos.
- Las personas que propaguen esta devoción, tendrán escrito su nombre en Mi Corazón y jamás será borrado de él.
- A todos los que comulguen nueve primeros viernes de mes continuos, el amor omnipotente de mi Corazón les concederá la gracia de la perseverancia final; no morirán, en desgracia ni sin recibir los sacramentos; Mi divino Corazón será su refugio seguro en este último momento.
Para recibir estas promesas es necesario:
-Recibir la Sagrada Comunión durante nueve primeros viernes de mes de forma consecutiva y sin ninguna interrupción.-Tener la intención de honrar al Sagrado Corazón de Jesús y de alcanzar la perseverancia final.
-Ofrecer cada Sagrada Comunión como un acto de expiación por las ofensas cometidas contra el Santísimo Sacramento.
-Oración: "Oh Dios, que en el corazón de tu Hijo, herido por nuestros pecados, has depositado infinitos tesoros de caridad; te pedimos que, al rendirle el homenaje de nuestro amor, le ofrezcamos una cumplida reparación. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío."
Te comparto este link con un breve vídeo de minuto y medio para presentar aspectos generales de esta devoción: https://youtu.be/mY_IIiYL84o
También, esta infografía para trabajar con los niños:
Respuesta
ResponderBorrar